Se encontraba ante el lugar donde estaba alojado el gran setter rojo.

En la casa había varios gatos y un bullicioso setter rojo.

Y yo miraba por la ventanilla, buscaba al Duque de Elvira y su setter rojo.

Salió del tamaño de un lobo de verdad, pero tenía el pelo como un setter rojo.

Era un largo y esbelto setter rojo con un espolvoreo de gris en su rojizo pelaje.

Creo que tenía un amigo de su especie, un setter rojo del vecindario, un perro de mediana edad muy respetable.

Como hombre de orden que era, el Duque de Elvira sacaba de paseo al setter rojo cada mañana a la misma hora.

Iba acompañada de Thor, el viejo setter rojo que hacía sonreír a Harald debido a lo mucho que se parecía al señor Duchwitz.

El viejo setter rojo de sus vecinos dormía junto al fuego, muy cerca de los pies de Edith, creando una imagen de paz y seguridad.

Tienes la mirada triste de un setter rojo, el pelo de un ovejero inglés, los muslos de un alsaciano y la mente de un Rottweiller...

Encontraron un Bed and Breakfast con techo de paja y dos setter rojos y elegantes que jugaban en el jardín.

-Unlindo setter rojo.